Reseña: La noche soñada, de Màxim Huerta.
Sinopsis:
“En la víspera de San Juan de 1980, los habitantes de Calabella, en la Costa Brava, esperan a la mítica Ava Gardner, que va a inaugurar el cine de verano del pueblo. Todo el mundo está pendiente de la actriz, salvo Justo, el benjamín de la peculiar familia Brightman. En el día más mágico del año, el muchacho ha decidido que, en vez de pedir un deseo, va a hacer todo lo que esté en su mano por cambiar el destino de los suyos.”
Reseña:
Esta es la segunda obra que reseño de Màxim Huerta, pues hace ya algunos meses realicé la reseña de Una tienda en París, la cual también está publicada en este blog. Con la lectura de esa novela quedé enamorada de las historias de este escritor, de su prosa, sus descripciones y la magia que tiende a envolver a sus personajes. Así, a sabiendas de que su estilo me iba a gustar, no pude resistirme a leer impetuosamente La noche soñada en cuanto cayó en mis manos, tras ser publicada hace poquitos meses por ser la novela ganadora del Premio Primavera de Novela 2014. Una vez que la comencé, no tardé en concluir su lectura, aunque sí que he tardado en realizar esta reseña, ya que me resulta difícil plasmar tantos detalles como los que su trama ofrece. No obstante, aquí os dejo mi granito de arena (espero que os guste).
“Todo estaba en orden para poderlo romper.” “Ese día, Justo Brightman, de doce años, un niño de la zona, cambiaba el viento que empujaba su vida y la de los demás.”
Estas citas están sacadas del principio de la novela y definen perfectamente el transcurso de la historia. Todo comienza en una localidad ficticia de la Costa Brava llamada Calabella, el día de San Juan de 1980. Esta es una noche de verano muy especial para el protagonista de la historia, Justo Brightman, un niño de 12 años que está completamente dispuesto a poner en práctica un plan que conllevará el cambio radical de su vida y la de su familia. Su propósito no es pedir un deseo para él, como suele hacerse este día tan especial del año, sino que se dispone a cambiar el curso de la vida de su familia, principalmente la de su madre, Teodora. Además de para Justo, este día también es muy importante para todos los habitantes de su localidad, puesto que se inaugura el cine de verano y tiene como estrella invitada a tal evento a la magnífica y sensual Ava Gardner. Como se puede ver, este día y sus acontecimientos son un cóctel explosivo para un pequeño pueblo. El día se desarrolla según el plan orquestado por este imaginativo niño y, ciertamente, consigue cambiar la vida de él y la de los suyos drásticamente. Este hecho queda envuelto en un halo de misterio y, aunque a veces podemos intuir qué pudo pasar, habrá que esperar prácticamente al final del libro para saber con certeza qué ocurrió esa mágica noche de San Juan.
“Sonaron las seis de la tarde en el campanario de la iglesia. En mi reloj, la misma hora. Todo estaba en orden para poderlo romper. Yo había elegido la noche de San Juan para convertir a mi familia en una familia feliz. Como más adelante contaré, aquella noche todos pedían deseos; en cambio, yo los hice realidad.”
Así, la vida de Justo Brightman y la de su familia se van contando conforme pasan las páginas, todo ello alternado en saltos temporales, pues quien va contando lo ocurrido es un Justo adulto, de reputada fama como fotógrafo de ciudades y con una vida bastante estable. Sin embargo, el peso del secreto que lleva ocultando por tantos años ya le pesa demasiado y se dispone a revelárselo a su madre en la celebración del 75 cumpleaños de ésta, que se lleva a cabo en la inolvidable ciudad de Roma. A esta edad, con muchos sueños ya cumplidos, la maleta de su vida se encuentra cargada de vivencias, anécdotas, amores y ese pesaroso secreto que siempre ha guardado con gran recelo:
“La mayoría de los que se confiesan lo hacen para vomitar o para repartir el dolor. Yo he preferido tragar y callar.”
No obstante, la carga es enorme y está más que dispuesto a compartirlo con la persona que más quiere en el mundo, su madre, no sólo para que ella sepa lo sucedido de una vez por todas, sino también para que él pueda seguir adelante y encontrar su propia felicidad al fin.
La historia está contada en primera persona, salvo por un capítulo en tercera persona que nos ayuda a situar en el futuro a un personaje secundario importante y por algunas cartas y notas que serán claves en la trama. De esta manera, Justo nos presenta su vida y la de su familia, siempre teniendo en cuenta el enfoque de la edad: en su infancia, los hechos se perciben desde la mente de un niño inquieto, tanto de cuerpo como de mente. Su imaginación desbordante, sus ideas inocentes y sus locuras infantiles nos harán ver una historia algo trágica desde un punto de vista mucho menos desagradable de lo que realmente es en estos casos. Sin embargo, no sólo Justo y su imaginación insaciable nos presentan una historia dulcificada: otros personajes, como las nueve hermanas de Teodora, (Filomena, Ciriaca, Iluminada, Isolina, Maravillas, Esperanza, Honorina, María Montaña y, la mejor, Visitación), nos aportarán visiones positivas cuando una atmósfera oscura nos tiene envueltos… eso sí, unas hermanas lo consiguen mucho más que otras. De hecho, me veo en la necesidad de resaltar a una en especial, Tía Visi. Este personaje me ha fascinado desde la primera línea en la que sale; sus constantes referencias a ser feliz en la vida y a siempre buscar un lado bueno a las cosas, hacen que le cojas cariño desde primera hora, pero no sólo es por esto, también se debe a su alocada personalidad, sus besos de fresa, sus canciones de amor cantadas a “grito pelao”, sus bailes socarrones y a su forma de arropar “a su manera” a todas sus hermanas.
“[…] ella, la que siempre estaba alegre, la más espumosa de todas mis tías, la que enseñaba las piernas cuando bailaba moviendo las faldas como alas de mariposas, […].”
“La ingenuidad se pierde si quieres perderla –decía Visi- . Mira la Honorina, qué majadera es y lo contenta que vive.”
Las nueve hermanas se encargan de darle a la novela un tinte antiguo y hogareño; mediante sus labores caseras nos presentan la vida en el pueblo en aquellos años ochenta, donde las mujeres se pasaban el día con sus pañitos, cosiendo al fresco y haciendo dulces y comidas típicas, todo ello envuelto en las habituales peleíllas entre hermanas, donde lanzarse pullas y dardos envenenados, aunque teñidos de cariño, es lo habitual. Vamos, diez hermanas atípicas que nos presentan una vida típica de esos tiempos, hogareña y cariñosa, pero siempre con buenos momentos donde estas peculiares hermanas sacarán más de una risilla al lector.
No obstante, no son estas curiosas mujeres las únicas en conquistarnos. Desde luego, Justo, nuestro protagonista, nos enamora desde primera hora con su forma de ser. Como ya he dicho antes, se nos presenta en dos vertientes, el niño de doce años imaginativo y cariñoso que sólo busca la felicidad de sus familiares y el Justo adulto que necesita pasar página. Debo destacar su niñez, cuando el cambio en sus vidas se realiza, que es mágica en muchos sentidos. Nos presenta una vida feliz, llena de amor para dar y recibir, tanto a familiares como a amigos. Es un niño que ya tiene esa faceta cariñosa muy desarrollada desde que nace, reflejándose siempre en su carácter y en una manía que tiene desde niño: dibujar corazones, tanto en el vaho de la ducha como en el que hace él con su aliento.
Se los dedica principalmente a su madre, pero esta manía quedará en él para siempre, mostrando su lado más íntimo con cada corazón dibujado. También siente un gran afecto incondicional por su tía Visi, quien será su Sancho Panza en su primera locura de amor, y ante todo por su madre, Teodora, la cual siente el mismo amor o incluso uno mayor por su hijo. Entre ambos se teje una historia hermosísima guiada por el destino. Él, un hijo que está dispuesto a grandes sacrificios por ella, y ella, una madre coraje que tan sólo desea que su hijo crezca feliz y consiga todos los sueños que él se proponga.
“La abracé para quererla mucho y me abrazó para protegerme mucho. Ese silencio fue sonoro. A veces, ayer como hoy, se escucha el amor cuando más callado estás.”
En esta novela, el amor está descrito en sus múltiples facetas: desde el amor incondicional de una madre hacia sus hijos y viceversa, el enamoramiento juvenil (dulce, envolvente y sincero), el amor adolescente, (alocado e impetuoso, visto desde el punto de vista sobre todo de la hermana del protagonista, Liz) y el amor entre adultos, (el cual puede definirse en estas historias como un amor totalmente inesperado y cautivador).
Por último, tengo que presentaros a dos importantísimos personajes que ponen la guinda al pastel y resultan ser imprescindibles para las tramas románticas: los vecinos italianos, Francesco y Sofía. Él es un compositor de piano con una carrera aceptable y ella es su hija, una joven pianista, cuyo objetivo es llegar a ser una reconocida pianista bajo la tutela de las enseñanzas de su padre.
Sofía es un personaje importante en la historia, pero la gran sorpresa es Francesco. Tiene una visión de la vida muy positiva, emotiva y romántica en su gran esencia; además, resultar ser un hombre peculiar, con muchas manías y excentricidades, pero con un gran corazón que ha conseguido cautivarme.
“- Sería imposible, pero papá dice que la vida es muy larga y hay música para todos los días. Siempre que se levanta pone un disco, depende…
– ¿Dé? – Dije yo.
– Del desayuno. […] Tostadas, Wagner. Cruasán, Vivaldi. Dulces, Chopin. Cereales, Beethoven. Y así siempre.”
En definitiva, esta entrañable historia contiene grandes personajes, enigmáticos muchos de ellos, que nos hacen ser partícipe de sus vidas de una forma fácil y agradable, sintiendo como ellos lo hacen, viviendo sus experiencias y comprendiendo sus dilemas.
Otro de los puntos fuertes de este autor es su prosa. Ya lo reseñé en Una tienda en París, pero es que lo mismo puedo decir de La noche soñada: me han encantado las expresiones que usa cargadas de sentimientos y los símiles que hace con frases cortas pero tremendamente contundentes y visuales; al leerlas puedes sentirlas como tuyas e imaginártelo todo con imágenes. Es muy agradable encontrarte una lectura así, amena y llena de estampas entrañables.
Por otra parte, también tengo que señalar que las novelas de este autor son recomendables si eres soñador, si buscas la felicidad sobre todas las cosas, aunque no sólo la tuya, también la de tus seres más queridos y, por supuestísimo, si crees y buscas ese ansiado amor en la vida.
“¿Por qué esquivar el amor si aparece? Liz y yo bebimos palabras en silencio.”
Y es que es precisamente a esto a lo que nos incita su lectura conforme avanzas en la historia: nos estimula a dar color a nuestras vidas, a buscar y perseguir nuestros sueños para conseguirlos y a buscar la felicidad sobre todas las cosas. Todo ello de la mano de unos personajes cautivadores.
“- Si lo sueñas…- se oyó decir a mi madre a mi espalda, que entraba con platos-. Soñar debería ser asignatura, somos, si somos persistentes, lo que soñamos.”
Además, su lectura nos aporta un granito de arena en grandes verdades que no solemos aceptar, pero que deberíamos admitirlas todos por si nos hiciera falta alguna vez en la vida: nos aporta una visión positiva en múltiples facetas, pero sobre todo me ha llamado la atención su postura de aceptar que todos cometemos errores en la vida; sólo tenemos que aceptarlo y seguir hacia adelante pues:
“No podemos cargar con el pasado, Justo, no podemos.”
Sin embargo, también he encontrado alguna que otra pega a su lectura. Me pasó con ambas obras que leí de él: a veces tengo la sensación de una explicación detallada de cosas que tal vez no merezcan tanto detallismo y reiteración en la trama y luego, conforme llega el final, el desenlace se resuelve en muy pocas páginas. Es decir, es muy breve la extensión del final para mi gusto, pues te quedas con las dudas resueltas con demasiada brevedad en su explicación. Vamos, que tengo ganas de saber más al respecto, conocer más detalles de sus personajes y tal vez que se cerrara todo de forma más clara. ¿Mi conclusión al respecto? Tengo la esperanza de que esto se deba a segundas partes que están por venir de sus libros. Al menos es lo que ESPERO.
En definitiva, es una novela altamente recomendable por todo lo que te puede aportar al lector: una historia entrañable guiada por un incontrolable destino, mucho positivismo, ganas de luchar por tus sueños y los de los tuyos y, sobre todo, te incita a ir en busca de la felicidad.
“- La vida se va rápida. Por eso no podemos parar. Hay que hacer que la música suene, a veces sólo son necesarias un par de notas. No podemos parar… No se puede parar… Aquí mismo, más allá del jardín, más allá del mar. Todos tenemos canciones que no llegaron a su destino. Se lo digo siempre a Sofía: sonríe. Hoy no es fiesta, pero puede serlo. Hay que buscar otra melodía.”
Fin. Espero que os animéis a leerla. Un saludo, Crisilia.